El pasado domingo se celebró en Volgogrado (llamada Stalingrado hasta su cambio de nombre en 1961) el 70 aniversario de la victoria en la batalla en Stalingrado en ciudad del sur de Rusia. La confrontación tuvo lugar desde el 17 de julio de 1942 hasta el 2 de febrero del 1943 y enfrentó al Ejército Rojo con las tropas alemanas dirigidas lideradas por el führer Adolf Hitler. Expertos historiadores consideran que la victoria soviética en la entonces ciudad de Stalingrado supuso un punto de inflexión en la Segunda Guerra Mundial, puesto que permitió a las tropas rusas iniciar la contraofensiva que terminaría con la toma de Berlín en 1945. Asimismo, la batalla pasa por ser una de las más sangrientas de la historia con una cifra aproximada de entre 3 y 4 millones de personas muertas, tanto civiles como soldados, en ambos bandos. Tal fue su crudeza que los alemanes la llamaron Guerra de Ratas.
La efeméride se celebró con un desfile militar por las calles de la ciudad rusa que estuvo encabezado por el carro blindado T 34, de la época de la Segunda Guerra Mundial. También se depositaron flores en la Alameda de los Héroes, al lado de la Llama Eterna.
Once mil personas fueron invitadas a los actos conmemorativos, entre las que había veteranos de la batalla, delegaciones de las ciudades hermanadas, de los Estados de la coalición anti nazi y de los países de la CEI. Actualmente, los actos en conmemoración de las victorias rusas en la Segunda Guerra Mundial siguen teniendo una presencia activa en la sociedad rusa y son considerados como un elemento de unión de los ciudadanos de este país.
El presidente ruso, Vladimir Putin, asistió también a la conmemoración en Volgogrado y quiso subrayar que la batalla de Stalingrado representa “uno de los grandes ejemplos de heroísmo mundial” y añadió que “Rusia está orgullosa de los defensores de Stalingrado”.
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