En el transcurso del Congreso de los Padres celebrado en Moscú, el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, explicó todo lo que, a su juicio, hay que hacer todo lo posible para encontrar familias rusas que adopten a los huérfanos de esta nacionalidad.
El líder ruso subrayó el hecho de que a finales de diciembre se firmó un decreto y que el gobierno dio la orden explícita de simplificar los procedimientos para la adopción y la concesión de la tutela de los huérfanos y los niños privados del cuidado parental.
El gobierno también espera que la nueva ley proporcione una serie de beneficios fiscales a aquellas familias que adoptan, para aumentar el tamaño de la suma global recibida por una familia para el cuidado de un niño y para elevar las pensiones sociales para los niños discapacitados y los discapacitados de nacimiento.
La adopción de niños rusos ha aparecido con fuerza en la agenda del Kremlin en las últimas semanas, especialmente tras la aprobación de la llamada ley Dima Yakovlev, por la cual se prohíbe explícitamente a los ciudadanos de EEUU adoptar niños rusos. Según, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, dicha ley fue una “medida forzada”, y la atribuyó a la situación de los menores adoptados en el país norteamericano. No obstante, a nadie se le escapa que la aprobación de esta ley tiene mucha relación con el Acta Magnitsky, aprobada por el Gobierno de EEUU y que sanciona a un grupo de funcionarios rusos por supuestas violaciones de derechos humanos.
La ley Dima Yakovlev recibe este nombre en honor a un niño ruso de dos años muerto en Estados Unidos a causa de la negligencia de su padre adoptivo.
Putin apoya la iniciativa de prohibir la adopción de los niños rusos por los estadounidenses
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