Rusia condenó la tercera prueba nuclear que Corea del Norte llevó a cabo el martes por la mañana, y recordó que con este gesto el régimen de Pyongyang vuelve a ignorar las normas del derecho internacional y las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Asimismo, instó al régimen norcoreano a abandonar las armas y los programas nucleares.
En un comunicado, el Ministerio de Exteriores de Rusia, que comparte frontera terrestre con Corea del Norte, afirmó que “este comportamiento, que es incompatible con los criterios comunes de la convivencia internacional, se merece, sin duda alguna, ser condenado y respondido adecuadamente por la comunidad internacional”. Sin embargo, Moscú quiso desmarcarse una condena unánime al gesto norcoreano y advirtió a sus aliados en las negociaciones con Pyongyang de no utilizar el test nuclear norcoreano como un pretexto para aumentar las actividades militares en las inmediaciones de la península de Corea. “La vía de desarrollar los músculos balísticos y nucleares debe ser enfrentada por una alternativa de derecho internacional”, subraya el comunicado de la cancillería rusa.
Así, el titular de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, abogó por reanudar las negociaciones sobre el programa nuclear norcoreano y descartó que el ensayo de este martes lleve a una escalada de la tensión en la región.
El régimen de Pyongyang anunció la realización con éxito su tercera prueba nuclear detonando un “artefacto atómico compacto de gran poder destructivo”. El nuevo test se realizó en la base de Punggye-ri en el Condado de Kilju, al noreste del país, el mismo lugar en el que tuvieron lugar los dos ensayos anteriores, en 2006 y 2009. Según el Ministerio de Defensa surcoreano, la detonación tuvo una potencia de entre 6 y 7 kilotones.
El Consejo de Seguridad de la ONU tiene programada una reunión para debatir sobre la acción norcoreana.
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