El 23 de diciembre, Vladímir Putin celebró su duodécima conferencia tradicional en el Centro Internacional de Negocios de Moscú donde participaron 1437 periodistas rusos y extranjeros. Como siempre el jefe del Estado analizó el 2016, comentó los temas clave de este año y deseó a todos los ciudadanos del país feliz año nuevo.
Durante 3 horas 50 minutos el líder ruso respondió a 67 preguntas de 48 periodistas de diferentes países y regiones de todo el mundo. Muchas preguntas se refirieron a las relaciones de Moscú con Ucrania, Turquía y Estados Unidos, la situación en Siria y el reciente asesinato del embajador ruso, Andréi Kárlov.
De nuevo el presidente dejó claro que continuará defendiendo los intereses internacionales de Rusia.
Además, él aseguró que accederá a visitar Estados Unidos si lo invita su homólogo en el país norteamericano. “Rusia no considera a EEUU un país agresor, por lo tanto Moscú y Washington deberían ser amigos”, afirmó.
También le preguntaron acerca de los asuntos internos del país: la economía, la construcción del puente de Crimea, el reciente incidente de la intoxicación en la ciudad siberiana de Irkutsk, y otros.
Vladímir Putin notó que en Rusia hay problemas de dopaje en el deporte, pero negó terminantemente la existencia de una sistema estatal para apoyar esa práctica ilícita: “En nuestro país, como en cualquier otro, tenemos problemas con ello. Debemos admitirlo y hacer todo para impedir el dopaje”.
EDAF
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