Recientemente, el director del departamento para la cooperación europea de la Cancillería rusa, Andréi Kelin, informó que Rusia quiere seguir en el Consejo de Europa (CE), pero con la condición de que la Asamblea Parlamentaria deje de discriminar a su delegación, en tanto espera que en 2019 se logre superar la crisis.
“Nuestras delegaciones fueron sometidas a sanciones en la Asamblea Parlamentaria, (…) a nuestro juicio se debe encontrar una salida a esta situación tomando por base el Estatuto del CE. No tenemos el deseo de abandonar el CE, pero la práctica discriminatoria debe eliminarse. Esperamos que eso se logre este año, el del 70 aniversario del Consejo de Europa”, expresó el funcionario.
Y añadió que Rusia confía en que las fuerzas sensatas se impongan en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE) y no permitan que se destruya aquello que se construyó durante decenios.
Anteriormente, en su sesión de abril, la PACE, en su sesión de abril, aprobó por mayoría de votos una resolución en la que insta a Rusia a formar una delegación y pagar su contribución al Consejo de Europa.
En abril de 2014, la PACE, después de la adhesión de Crimea a Rusia mediante un referéndum apoyado por más del 96% de la población de la península, privó a la delegación rusa del derecho a voto, violando los propios estatutos del organismo.
Desde 2016 el Parlamento ruso no envía los documentos para acreditar a su delegación y exige la restitución completa de sus derechos.
En 2017, Rusia, que era uno de los principales contribuyentes al Consejo de Europa, suspendió los pagos a esa organización internacional.
EDAF
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