Por qué a las mujeres rusas les es tan difícil venir a España
Vivimos en el siglo 21 en la Unión Europea. Y al parecer, aquí y ahora ha llegado un brillante futuro en el que los derechos humanos por todas partes se han subido a un pedestal, el genocidio se ha vuelto una reliquia del pasado y rigen el mundo la Libertad y la Humanidad. En los periódicos y en la televisión anuncian a gritos el triunfo del humanismo, todos defienden “a los débiles y desfavorecidos”, se abren todos los programas sociales de ayuda a los emigrantes y otros pueblos con dificultades. Pero en realidad, cuando un ciudadano español decide de pronto invitar a una amiga rusa que no tiene la residencia de ningún país de la UE, ¡entre ellos surge cantidad de extraños pero serios problemas! Veamos, ¿quién lo obstaculiza y tiende una trampa en el amplio camino del desarrollo de la amistad de los españoles con las mujeres rusas?
¡Quiero hacer amistad con una mujer rusa! ¡No me interrumpáis!
Les voy a contar, yo tengo un amigo que se llama José. Vive en Madrid y tiene 46 años, es economista. Toda su vida ha trabajado en un gran banco, se casó, pero ahora está separado y vive solo. Y José hizo nuevos amigos rusos, un hombre y una mujer, un matrimonio de Moscú, cuando éstos llegaron a abrir una cuenta en su entidad bancaria. Y estos nuevos amigos le invitaron a cenar. Y todo comenzó a girar. Enseguida, a través de ellos conoció a otra rusa, Olga, una pariente de sus clientes. Era una guapa mujer que estaba de vacaciones en Madrid, en casa de sus parientes. José y Olga se gustaron y comenzaron a salir. ¡Entre el español y la rusa prácticamente surgió un idilio romántico! Si no fuera por las leyes del visado de España. A Olga se le agotó el visado turístico, y tuvo que volver a su país. Ahora, Olga lleva ya medio año solicitando insistentemente un visado español en el consulado español en Moscú, reúne más y más documentos intentando conseguir un visado de larga duración, y su enamorado José “sobrecarga las líneas telefónicas” de esta organización en sus intentos de ayudar a su amada rusa. Pero en vano. A Olga no le dan el visado. Los funcionarios sospechan que esta mujer rusa quiere establecerse en España, ¡y esto significa que hay que “prohibirle todo”! Pero, ¿por qué? ¡Y esto ya sí que es un secreto de estado en España que no puede divulgarse! El final es triste, José está en España y Olga, en Rusia.
Y si José no se hubiera dirigido a la empresa “España Rusa”, es posible que su enamorada también se hubiera congelado en una fría calle moscovita esperando el visado español, apretando entre sus dedos las gruesas pilas de documentos. Lo bueno es que José encontrara a tiempo por Internet el teléfono de la compañía “España Rusa”, cuyos trabajadores estudiaron la situación, ayudaron a eliminar todos los obstáculos, y Olga consiguió con éxito el visado y pudo volver a España. Al final de esta historia diremos que José y Olga se casaron hace poco. La boda tuvo lugar en las afueras de Barcelona. Y los documentos para el matrimonio los preparó la compañía “España Rusa”.
¿Y cómo consiguen los rusos un visado de largo tiempo a España, qué lleva a los diplomáticos españoles a denegar tan insistente y cruelmente a muchos rusos, hombres y mujeres, la entrada a tierras mediterráneas? ¿Hay alguien que impide deliberadamente la amistad entre rusos y españoles? ¡No! Gracias a Dios, en las relaciones ruso-españolas no hay enemigos secretos. De hecho, la respuesta es mucho más sencilla: la normativa vigente y las fórmulas del régimen de visado fijadas a día de hoy por el gobierno de España no se conocen entre los rusos que solicitan visados. En los últimos años ha aumentado el flujo de emigración, incluso la ilegal, de Rusia a España. Las exigencias para conseguir un visado de larga duración se han ampliado y complicado progresivamente. Por esta razón, las compañías turísticas, los intermediarios particulares y todavía más los simples turistas que no se dedican cada día a solicitar visados a España, se equivocan en el proceso de presentación de pilas de documentos muy fácilmente. Al final, en lugar de viajar a un país soleado, esta persona recibe un sello maldito en su pasaporte denegándole el visado. A propósito, corregirlo será todavía más difícil y mucho más caro que si se hace desde el principio “según las normas”. Así que ¿hay que ahorrar en profesionalidad dirigiéndose a compañías “baratas” y arriesgar todo el viaje, o quizás incluso el propio destino de su felicidad?
¡Encuéntreme una novia rusa!
Muchos españoles están seriamente interesados en entablar amistad con una mujer rusa para hablar, escribirse, o incluso querrían viajar a un país lejano, encontrar allí una mujer guapa y luego casarse con una belleza rusa. Naturalmente que, en esta “tierra fértil” y en el gran interés masculino intentan sacar negocio muchas empresas con las manos no muy limpias, simples ladrones que sólo quieren dinero fácil y estafadores matrimoniales. Las víctimas de su engaño cada día son a menudo gente con dinero y además hombres nada tontos, ciudadanos españoles.
A veces todo comienza con inocente correspondencia en Internet, cuando al ordenador de un español llega un correo electrónico o “llama” una preciosa mujer rusa a través de ICQ u otro programa. En inglés o español con errores, ella le dice que hace tiempo que quiere conocer un “buen hombre” en España, le manda sus fotografías. Por supuesto, cualquier español normal, al ver a una joven preciosidad de Rusia, puede hacer tonterías. Tras charlar con él un par de días sobre naderías, la chica de Rusia recibe del hombre estimulado una invitación para visitar España. Y como respuesta, la belleza en seguida accede a visitarlo, se alegra, pero pide 1000 euros para “el visado y el billete”. Y cuando le mandan este dinero, por lo general, tras esto no vuelven a saber nada más de ella. Así trabajan los timadores profesionales que a día de hoy en Internet engañan de 5 a 6 españoles cada día. El viejo código de que “una buena chica no pide dinero” ayuda en estos casos. Por 1000 euros puede ir usted mismo a Rusia.
También sucede que tras una agradable comida con los amigos que le critican su vida monástica, a usted le viene a la cabeza la idea de hacer una llamada de broma a una agencia matrimonial especializada en Europa del Este para encontrar a una mujer rusa. Usted llama allí con humor, pero un agente especializado atenderá su petición más que seriamente. Y después, sobre sus aventuras con la agencia matrimonial se podrá escribir un libro tan interesante y grueso como “Los tres Mosqueteros”. Tras varios meses los trámites burocráticos le soplarán de 2 a 10 mil euros, lo más probable, simplemente así. Usted no conseguirá nada, aparte de varios encuentros desagradables con chicas y mujeres cuyo objetivo es su dinero o propiedades, pero no sus sentimientos. Frustrado y engañado, usted, o decide definitivamente vivir solo el resto de su vida, o ya adopta sentido común y se va a la patria histórica de las bellezas rusas para buscar por usted mismo a su amada.
Y esta es la única decisión correcta. Porque a su futura esposa usted no debe conocerla en una agencia matrimonial, sino en “el camino del propio destino”, que puede pasar por cualquier cafetería en el centro de Moscú o una discoteca en un centro de ocio. Sobre todo porque usted sólo pagará por el viaje, el hotel y un gorro abrigado. Esta es una manera bastante más fiable y muchas veces más económica. Y bueno, ¡sobre la cantidad de emociones agradables del viaje, ni hablemos!
Después, si usted consigue una amiga rusa, lo único que tendrá que hacer para el viaje seguro y legal de ésta a España será dirigirse a “España Rusa”. Allí le propondrán varios medios económicos y legales para conseguir un visado de larga duración para su compañera rusa sin riesgo de denegación.
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