Cuando uno nace y vive toda su vida dentro de un mismo país, no le llama la atención el orden de las cosas al que está acostumbrado. En cambio, cuando llega un extranjero con una perspectiva distinta, arraigada y basada en otra cultura, nos hace abrir los ojos a la imagen real de nuestra vida cotidiana. Una sensación parecida tenemos cuando un compatriota nuestro se va al extranjero y nos revela que la vida allí es diferente.
Aquí ofrecemos una visión así escrita por una joven española que desde hace poco reside en Moscú.
Moscú es enorme
Todo es grande: las calles, los edificios, los coches. Hay que aprender a gestionar bien el tiempo para no llegar una hora tarde a todos los sitios (sobre todo si se coge un autobús o un taxi).
El metro funciona de maravilla
Por lo general, el metro siempre es eficaz, el tiempo medio de espera entre semana es de 40 segundos/ 1 minuto y algo más durante el fin de semana. Así que, para asegurarse de no llegar tarde lo mejor es coger el metro. Además, las estaciones son enormes, iluminadas, limpias, el mantenimiento es excepcional y como es sabido algunas de ellas son auténticas obras de arte.
En las calles principales no hay pasos de peatones
Las calles principales de la ciudad están siempre muy concurridas, de hecho siempre hay atascos y en la mayoría no hay pasos de peatones. Lo que hay son pasos subterráneos para cruzar de un lado a otro de la calle. Mucho más seguros y rápidos. Además, son refugio en invierno y el lugar donde se puede comprar toda clase de productos (bebidas, café, bollería, frutos secos, bocadillos, bolsos, flores, ropa…). Todo un mundo subterráneo.
No es una ciudad para minusválidos
Es algo que me asombra cada día. Imagino que en un momento u otro tendrán que adaptar la ciudad a las necesidades de todo el mundo… Pero por ahora la triste realidad es que los ascensores para acceder al metro no existen. El acceso a bares, restaurantes y comercios suelen ser escaleras, nada de rampas y los ascensores cota cero no existen. Supongo que todo llegará.
Los supermercados (y tiendas en general) abren los domingos
Es algo que al principio choca bastante, pero es muy fácil acostumbrarse y sacarle provecho.
No esperes encontrar carteles en inglés
Por lo general las indicaciones están en ruso, puede que en alguna calle principal haya carteles en inglés, pero no es lo normal. Así que si no sabes ruso hazte con un mapa cuanto antes (o alguna aplicación para el móvil) y lo ideal sería que conocieses a alguien en la ciudad de antemano, es de gran ayuda. Tampoco esperes que la gente hable inglés, sobre todo la gente que trabaja en los servicios públicos (sí, es un poco contradictorio). La parte buena es que los rusos son gente amable y te ayudarán con lo que necesites. Si es necesario dejarán lo que estén haciendo para acompañarte allí donde tengas que ir.
No pares un taxi en la calle
Cobran bastante más de lo normal. Encárgate de descargarte unas aplicaciones para el móvil antes de venir. Funcionan de maravilla y el precio de los trayectos es muy barato: Yandex Taxi,
Gettaxi y Uber son algunas de ellas.
El servicio de telefonía móvil es muy barato
Sobre todo si lo comparamos con el precio en España (pensando que todo depende del curso del rublo). Al mes se suele pagar unos 400-600 rublos (entre 5-8 euros al mes) por 2 GB de internet y llamadas. Incluso para quienes estén de paso es buena idea comprar una tarjeta de teléfono para poder tener internet y utilizar algunas aplicaciones que te ayudarán a moverte por la ciudad.
En septiembre y a principios de octubre hace calor
No hay que olvidarse de hacer sitio en la maleta para unas sandalias y algo de ropa más fresca. Es lo que los rusos llaman “Бабье лето” (el veranillo). Es entonces cuando hay que aprovechar para ir a los parques, hacer barbacoas a las afueras de Moscú y pasar el mayor tiempo posible por la calle.
Olvídate del pijama de franela
No se necesita. A partir de noviembre encienden la calefacción central y funciona 24 horas al día hasta abril. Y en casa hace mucho calor, aunque no cuesta acostumbrarse.
No hay persianas
Para la gente que le gusta dormir como si estuviera en una cueva esto puede ser bastante molesto las primeras semanas. Luego uno se acostumbra, como a todo.
En Moscú no se recicla
Al principio es raro y tú sigues metiendo el cartón, el plástico y las botellas en bolsas de basuras distintas. Al final dejas de hacerlo porque básicamente no tiene sentido.
El servicio al consumidor
Cuando hablamos de restaurantes y bares hay que decir la verdad: no son nada eficaces. Aquí los camareros son muy lentos. Se toman su tiempo (demasiado) para preparar el pedido, llevarlo a la mesa y traerte la cuenta. Si tienes prisa lo mejor es decirlo y preguntar cuánto van a tardar, sobre todo a la hora de comer.
Lo que mejor funciona para comer son las “stolobayas”
Son comedores que funcionan durante todo el día, una cantina donde tú eliges lo que comes y el precio va al peso, normalmente por 100 gramos o por una pieza. Mi consejo es que si tienes prisa busques un sitio de estos, es lo más eficaz, barato (en la mayoría de los casos) y te aseguras de terminar a tiempo.
Moscú en invierno es frío pero es mágico
Si estás pensando venir a Moscú no descartes el invierno por el frío. Al frío uno se acostumbras y Moscú en invierno, y en navidades más concretamente, es simplemente mágico.
Los rusos son gente amable, curiosa y acogedora
Lo de que son fríos y reservados es una fachada o por lo menos solo lo son al principio. En cuanto tienes la oportunidad de conocerlos un mínimo te das cuenta de que son todo lo contrario: son amables, divertidos, les encanta bromear y además, si tienes un amigo ruso tienes un amigo para toda la vida. Te intentarán ayudar con todo, te invitarán a sus casas, a estar con su familia, lo compartirán todo: tanto lo material como lo cultural.
Otra cualidad maravillosa es que la gente rusa es muy curiosa y poco vergonzosa. En cuanto te escuchan y ven que eres extranjero en seguida se interesan, te hacen preguntas y sin darte cuenta puede que hayas hecho un amigo.
Y dejaré de desvelar secretos porque al fin y al cabo es mejor descubrirlos uno mismo.
YF
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