La Laponia rusa

En Rusia existen muchos lugares enigmáticos, misteriosos y a la vez muy preciosos. Esta vez viajamos hasta la Laponía rusa, es decir, la Península de Kola.

La Península de Kola es una tierra enigmática y dura, situada en el norte de Rusia, dentro del círculo polar ártico. La península está bañada por dos mares: Barents y Blanco. En la parte occidental se encuentran las montañas Jibiny y la tundra de Lovozero. Es la tierra de los sami. Por eso, a menudo la llaman “La Laponia rusa”.

Hace tiempo que la Península de Kola es un destino turístico para mucha gente. Ella atrae por sus numerosos lagos y ríos, bosques, macizos montañosos, tundra, flora y fauna típicos.

La península es hermosa todo el año, pero el clima es bastante frío en cualquier época. Por ejemplo, en invierno la temperatura media oscila entre los -8 y -14 º C, mientras que en verano ésta varía entre los +8 y +14 º C. Las heladas en verano son posibles, a veces incluso nieva.

La península de Kola es famosa por sus días y noches polares, que duran mucho tiempo en su parte norte. Durante el día polar no oscurece en 50 días (entre mayo y julio), mientras que, en la noche polar, el sol no sale durante 42 días seguidos (entre diciembre y enero).  La noche polar, con sus auroras boreales, presenta una vista espectacular de diferentes colores. Evidentemente, ninguna fotografía podrá trasmitir esa vista sensacional y colorista, por muchos píxeles que tenga la cámara.

El viaje por esa tierra es inolvidable para aquellos que están cansados de las comodidades habituales. Algunas personas eligen viajar libremente y lo planean todo de manera independiente. Otras personas prefieren viajes organizados que incluyen interesantes excursiones por la península de Kola.

Realmente, la península tiene mucho que ofrecer a un turista curioso y sobre todo activo: turismo acuático, senderismo, salidas en vehículo todoterreno, rutas por la nieve, paseos en bicicleta, buceo, pesca, caza, visitas ecológicas y etnográficas.

El turismo acuático o rafting, es una actividad de riesgo, apta únicamente para personas preparadas físicamente. Los ríos más típicos para disfrutar de esta actividad son: Tumche, Umbe, Cutsayoqui. Las embarcaciones usadas en el rafting son básicamente dos: las canoas y los catamaranes, dependiendo del número de personas que vayan a bordo.

El senderismo o trekking es muy popular entre los turistas, ya que pueden andar sin prisa integrándose en una naturaleza maravillosa de vistas únicas. En las montañas de Jibiny hay un hotel cómodo donde los huéspedes pueden hacer una ruta corta y disfrutar de vistas espectaculares.

Las salidas en vehículo todoterreno se desarrollan durante el verano por caminos y pistas de montaña.

En invierno, el viaje que se suele ofrecer a los turistas son rutas en motos de nieve y salidas en esquíes.

Recientemente, durante los últimos veranos, se están solicitando y ofertando paseos en bicicleta. Los ciclistas suelen disfrutar de su actividad por la costa del Mar Blanco y las colinas de la península.

A otro tipo de turistas le interesa el buceo, la pesca y la caza.

Los viajes ecológicos son adecuados para los turistas que quieren descansar tranquilamente, lejos del ruido de la ciudad, integrados en una naturaleza virgen.

Las visitas etnográficas en la península de Kola tienen lugar en la tundra. Allí podrán encontrar a los sami pastoreando con los renos y ver sus viviendas tradicionales. Además, la península es rica en mitos, leyendas y enigmas, de modo que una mente curiosa se quedará más que satisfecha.

Otro tipo de turismo es el urbanita. Muchas personas buscan las cosas interesantes que ofrecen las ciudades y las zonas urbanizadas. La ciudad más importante a visitar en estas latitudes norteñas es Múrmansk. Múrmansk tiene un importante puerto comercial, así como una base militar de la flota rusa en el Ártico. Una curiosidad de este puerto norteño es que nunca se congela, gracias a la corriente cálida del Golfo.

Otra ciudad de interés turístico es Kírovsk con su pueblito de hielo, lleno de casitas hechas a mano por sus habitantes. Cada año, los vecinos las construyen de nuevo al llegar el invierno.

La Península de Kola es una tierra maravillosa que siempre está abierta al turismo, especialmente a los amantes de la naturaleza y las emociones fuertes.

EDAF