El Año Nuevo es la festividad más importante y esperada en Rusia y otros países del entorno, comparable con la celebración de la Navidad en los países de tradición católica. Desde los más pequeños que esperan la llegada de Ded Moroz (el Santa Claus de muchos países eslavos) con sus regalos, hasta los adultos que se aprestan a pedir deseos y hacer votos por un año venidero más próspero, los rusos, en general se congregan alrededor de la mesa, y en las calles de los pueblos y ciudades, en medio de un clima mágico y festivo.
Historia de la celebración
Hay que tener presente que en Rusia el Año Nuevo se celebra el 1º de enero desde hace un poco más de 300 años. De acuerdo a la tradición agrícola rusa el año tenía su inicio el 1º de marzo, mientras que el año civil comenzaba el 1º de septiembre. Fue Pedro I quien en 1699 ordenó que se celebrara el mismo día que el resto de Europa, el 1º de enero. Además junto con el decreto del emperador, se importó la tradición de adornar las casas y los lugares públicos con el tradicional abeto.
Los rusos de ese entonces creían que se debía celebrar la llegada del Año Nuevo con vestimenta y calzado nuevo, como signo de una nueva vida. Siguiendo esta lógica, también correspondía retirar del hogar los platos y muebles rotos. Se trataba para ellos de una fecha muy señalada en la que se debía perdonar todas las ofensas, pedir deseos y hacer promesas.
La Noche Vieja era conocida como la “noche generosa” en la cual se debía preparar una abundante mesa festiva, como símbolo de prosperidad para el año próximo.
Las celebraciones en Rusia no estuvieron nunca ajenas a los eventos de la vida política. Y así, con la llegada de los bolcheviques al poder tras la Revolución de Octubre, se prohibió la celebración del Año Nuevo, por ser considerada una festividad burguesa. Se reservó sin embargo, un espacio festivo para los más pequeños. En 1935 se volvió a permitir por parte de las autoridades soviéticas la celebración del Año Nuevo.
La mesa del Año Nuevo en Rusia
Si como ya se ha mencionado el Año Nuevo es la fiesta preferida y la más importante para el pueblo ruso, ello queda reflejado en la mesa, en cuyo entorno se congregan familiares y amigos. Hay algunos platos que nunca faltan en el ágape de Año Nuevo ruso, como por ejemplo las ensaladas, entre ellas la principal es la denominada “Olivie”, que curiosamente entre nosotros se le llama “ensalada o ensaladilla rusa”. Otro gourmet típico para quien pueda permitírselo es el caviar. El tipo de caviar preferido pero también el más costoso es el negro, aunque por esa razón cada vez más se populariza el rojo. Aunque la estrella de la mesa rusa durante las celebraciones de Año Nuevo es una fruta realmente popular pero amada por los rusos: la mandarina. Se puede afirmar que el Año Nuevo huele a mandarina. Para beber, además de las bebidas tradicionales rusas, el champán gana cada vez más espacio en las celebraciones.
Costumbres y tradiciones
La celebración preferida de los rusos no solo se celebra alrededor de la mesa, sino también, en las calles y plazas de cada pueblo y ciudad de la geografía rusa. Como en otros países, en Rusia el Año Nuevo se recibe con fuegos artificiales y brindis. Y si los rusos se caracterizan por su generosidad, en esta fecha ella sobresale, por eso es normal hacer regalos, de los cuales los más pequeños son los principales beneficiarios. Ellos esperan con ansiedad que llegue por la noche Ded Moroz, que como dijimos se trata de una especie de Santa Claus.
En realidad este personaje nacido durante los tiempos soviéticos está inspirado en un personaje de la antigua mitología eslava oriental, y su nombre podría ser traducido por el “abuelo del frío o de la nieve”. Ded Moroz llega durante la noche vieja y deposita los regalos debajo del abeto. El abeto es otro de los elementos tradicionales de esta celebración. A diferencia de otros países, en los cuales se los relaciona directamente con la Navidad, en Rusia se lo denomina simplemente “abeto”. Ellos están presentes en la mayoría de los hogares y en los lugares públicos, sobre todo en las plazas principales de los pueblos y ciudades.
Además, sin importar la ideología política, los rusos cinco minutos antes de la medianoche, encienden el televisor para seguir en directo el mensaje del presidente y luego escuchar las campanadas del reloj instalado en el Kremlin de Moscú. Y hablando de T.V., hay que mencionar que desde mediados de diciembre hasta unos días después de Año Nuevo, los canales de televisión rusos emiten sin cesar películas clásicas que ya forman parte de la tradición del pueblo ruso para el Año Nuevo, como por ejemplo, la famosa película denominada: “La ironía del destino”, de la cual los rusos conocen frases de memoria y las tienen incorporada a su lengua.
De otra parte, mientras suenan las campanas, muchos piensan en un deseo, lo escriben en un trozo de papel quemándolo y luego vierten las cenizas en una copa de champagne y la beben hasta el final. Los que siguen esta costumbre afirman que sus deseos efectivamente se cumplen.
Existen más tradiciones, tantas como ciudadanos, pero estas son algunas de las más populares. Lo esencial es que se trata de una fiesta única y la más esperada, por ello más allá de la exteriorización de su celebración, lo esencial como reza el proverbio ruso, es tener presente que:
Tal como recibas el Año Nuevo, así lo vivirás.
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