Los misteriosos mundos de la mujer llamada Gala Dalí

El nombre de Salvador Dalí es conocido por todos, incluso por las personas alejadas del mundo del arte. Seguramente, muchos veían las imágenes, por ejemplo, con el reloj derretido o los elefantes con patas de insectos. Estas imágenes provocan al menos curiosidad. ¿Qué podemos decir sobre los amantes de las obras del genio Dalí?  Ellos conocen de memoria cada línea y cada punto de las imágenes de su ídolo. Y cada paso de su vida.  Exposiciones, libros, fotografías.  Pinturas mundialmente famosas.

Y la mujer al lado de Dalí es Gala.  Tradicionalmente se la considera la musa del gran artista: ella posaba y ayudaba.  Pero, ¿realmente la conocemos?  ¿Saben todos que Gala estaba ocupada con su propio desarrollo creativo? Pero era realmente una mujer maravillosa, creativa, con un fuerte gusto artístico, muy inteligente, atractiva y con el don de ganarse la benevolencia. Y sin embargo, había algo especial en ella, algo casi mágico, algo que hizo que Salvador Dalí la admirara desde el año 1929, cuando se enamoró de la mujer de otro hombre. En el año 1981, Dalí terminó la pintura "Los tres enigmas gloriosos de Gala", donde representó tres perfiles de su querida Gala. ¿Cuál es el secreto de la personalidad de esta mujer que convirtió su propia vida en una verdadera novela?

– ¿En el origen?

La infancia de Elena Dyakonova pasó de manera bastante trivial para una niña rusa de una familia pobre de un funcionario.  Ella nació en Kazán en el año 1894.  Su padre, Ivan Dyakonov, murió temprano; su madre se volvió a casar con un abogado exitoso que poco después se mudó con toda la familia a Moscú.  La niña se llevaba bien con su padrastro y lo llamaba padre e incluso tomó un patronímico por su nombre: Elena Dimitrievna. La salud de la niña era débil. Elena no tenía nada que prefigurara la felicidad: ni riqueza, ni salud, ni belleza.  En 1912 le diagnosticaron tuberculosis y sus padres con el último dinero que tenían la enviaron a Suiza para que ella pudiera recibir tratamiento en un sanatorio llamado Clavadel.

– ¿Fue una feliz coincidencia de las circunstancias de la vida?

En el mismo sanatorio, un padre envió al joven francés Eugene-Emile-Paul Grandel, para que lo trataran contra la tuberculosis y el excesivo anhelo de poesía. El efecto resultó todo lo contrario, ya que fue allí donde conoció a una chica rusa que vio su talento y animó al futuro poeta Paul Eluard a escribir poesía.  A partir de este momento en su trabajo hay una explosión de temas del amor. Le llamó la atención el valor y la educación de una chica que se hacía llamar Galina o Gala. Así apareció su querida Galá, con acento en la última sílaba, como es típico de la lengua francesa: Gala que significa "triunfo".

Ambos volvieron del curso de tratamiento ya como personas totalmente diferentes: el joven tímido se convirtió en un poeta precursor del surrealismo, y la modesta chica rusa se convirtió en una mujer leyendaria llamada Gala.

– ¿Y sus características personales?

No es necesario que una musa sea demasiado guapa. Hermosa en el sentido habitual, ella no lo era: con los ojos oscuros y muy cerca como ojos de "pájaro" y una larga nariz... Pero Gala era elegante, esbelta y ligera como una pluma.

Incluso antes de conocer a Elena, en 1920, Salvador Dalí describió su ideal de mujer: "Los ojos necesariamente deben parecer inteligentes. Una mujer elegante no puede tener una expresión estúpida, como característica de una mujer hermosa y perfectamente en armonía con la belleza ideal... ".  Los ojos de Elena-Gala no solo eran inteligentes, sino que, según Eluard, podían "penetrar las paredes".

Salvador Dalí apreciaba las formas del físico de su compañera de la vida que no eran clásicas: "Nunca había visto líneas tan energéticas en una figura".

La falta la belleza física de Elena Dyakonova la compensó con éxito, inteligencia y determinación. 

Anastasia Tsvetaeva, la hermana de la poetisa rusa, contará acerca de Elena durante sus estudios conjuntos en el gimnasio de mujeres: "En la cara tenía terquedad y ese grado de timidez que hace que los movimientos parezcan bruscos".  Elena era una chica muy fuerte y siempre tenía su opinión. Después de regresar del sanatorio, ella, a pesar de su corta edad, decidió ir a Francia para reunirse con su amado Paul.

Durante varios años, los amantes tuvieron que contentarse con una correspondencia ardiente y sensual.  El padre de Eugene estaba en contra de su relación, por lo que Elena Gala escribió varias cartas tiernas para su madre, que era capaz de suavizar la actitud de su marido hacia la novia rusa de su hijo. Gala no solo manifestó determinación, sino también la capacidad de encontrar un acercamiento a las personas.

- ¿Violación de las "normas de la decencia" generalmente aceptadas?

Elena-Gala no quería ser como todos los demás, y no era como todos los demás: "Nunca seré solo una ama de casa. Leeré mucho, mucho.  Haré lo que quiera, pero al mismo tiempo mantendré el atractivo de una mujer que no trabaja demasiado.  Como una coqueta, brillaré, oleré a perfume y siempre tendré las manos bien cuidadas con una manicura perfecta".

Después de irse a Ezhen Grandel, Gala nunca volvió a Rusia.  Ella nunca experimentó anhelo por la maternidad y no estaba muy interesada en su hija Cecile; ella no era fiel a una sola pareja. Gala amaba la vida y no se negaba al placer: ropa cara y amor apasionado. Según los amigos de su círculo cercano, incluso a la edad de 80 años, le encantaba pasar tiempo en compañía de hombres jóvenes. En su juventud, numerosas aventuras, varias de las cuales se convirtieron en pasatiempos serios, eran casi una cosa común para ella. El triángulo de amor "Paul Eluard - Gala - Max Ernst" existió casi abiertamente.

Extravagante no fue solo Salvador Dalí. Gala cuidadosamente apreciaba su diferencia con los demás, jugando en algún lado, satisfaciendo sus preferencias personales. Por ejemplo, visitando un hotel favorito en Figueres llamado Durán, el matrimonio Dalí siempre alquilaba dos números separados. En los últimos años de su vida, ella vivió separada de Salvador en el Castillo de Pobol (Púbol) que él le regaló y donde él solo podía aparecer con invitación escrita.

La amaban y odiaban, pero todos reconocieron que Gala no solo era una obediente sombra de su esposo.

– ¿Tenía la capacidad de creer en un hombre?

El gusto artístico le permitió determinar inequívocamente el talento de Paul Eluard y Salvador Dalí.  Este último en la vida cotidiana la llamaba Galatea, y era cierto.  Como en el mito griego, donde el escultor esculpió una estatua tan hermosa que él mismo se enamoró de ella, Gala logró "esculpir" a genios de hombres talentosos.

Ella tenía una sensación de maternidad muy fuerte, todos sus hombres eran más jóvenes que ella y necesitaban tutela, como muchas personas del arte. Ella los inspiró y los guió.  Apoyaba el anhelo de Paul Eluard por la poesía, creía en el talento y el futuro éxito de Salvador Dalí. Gala sabía cómo creer en un hombre: ¿tiene él la opción, si lo mira con admiración, como un genio? Si no fuera por ella, sus mejores pinturas simplemente no existirían. Dalí no es solo una persona, sino una imagen que incluye a los dos y él es en sí mismo una obra de arte. La obra de arte que ella creaba a lo largo de toda su vida.

Gala tenía el don de iluminar algo en un hombre, ella experimentaba el increíble placer de ser la persona principal en la vida de alguien. A ella le gustaba si alguien le dedicaba su trabajo. Sus sueños se hicieron realidad: los genios inmortalizaron su imagen. La conocemos de la manera como la veían Paul Éluard y Salvador Dalí, pero también había fotos de Mana Roy y Cecil Beaton, Brassai, Horst, Lacroix, recuerdos sobre ella de otros surrealistas, cartas, borradores...

En el libro "Diario de un Genio" Salvador Dalí un día escribe: "Dedico este libro a mi genio, mi diosa victoriosa Gala Gradiva, mi Helena de Troya, mi Santa Elena, mi brillante mujer que parece la superficie marina, Gala Gálatas (galateia) La Serenidad."

Cuando conoció a Dalí, él tenía 25 años y era desconocido para cualquiera, un excéntrico artista novato. Estaba seguro de que viviría toda su vida en la pobreza. Pero Gala tomó su destino en sus propias manos y... ¡Todos sabemos cuánto éxito ha logrado!

– ¿En sus propios obras del arte?

A pesar de que Gala no ha creado muchas obras del arte, de las cuales han sobrevivido incluso menos, su capacidad artística se puede ver en todo lo que tocaba: en el ambiente de sus casas, en los modelos de ropa, en sus experimentos literarios, en las fotos, en las ideas que ella introducía a las pinturas y a la vida de su esposo.

Los expertos han demostrado que el espacio surrealista de la casa en Port Lligat y en su castillo en Púbol fue en gran parte inventado por la propia Gala, lo cual es confirmado por los mapas y el diseño de los rincones más escondidos de la casa.  Se rodeó a sí misma de objetos inusuales y extraños, que, sin duda, hasta hoy siguen conservando cierta pizca de "locura" de su dueña. Los fragmentos de su diario personal, igual como las páginas separadas de la "Vida Secreta" de Salvador Dalí, escritas por ellos, también caracterizan su personalidad. Incluso la elección de los libros que forman el parte de su biblioteca habla de su imaginación creativa.

Hasta ahora, Gala era objeto de interés para el público sólo en relación con su famoso marido, pero su figura merece especial atención como una de las figuras claves en la historia del movimiento artístico llamado surrealismo. Mira fijamente en su cara en los retratos, presta atención a su ropa – ¿y tal vez descubrirás el misterio del increíble magnetismo de esta mujer tan enigmática que se llama Gala?

• Aquellos interesados en las obras de Gala Dalí, los aficionados de la vanguardia y los seguidores del genio de Salvador Dalí tienen una gran oportunidad de visitar el Museo Nacional de Arte de Cataluña, del 6 de julio al 14 de octubre de 2018, para disfrutar la exposición "Gala Dalí".  El evento está patrocinado por el Museo Nacional de Arte de Cataluña, la Fundación "Gala - Salvador Dalí" y los museos Dalí.  La exposición incluye 315 pinturas, dibujos, fotografías, documentos y objetos personales que permitirán a los visitantes seguir la evolución de la imagen de Gala y la actitud pública hacía esta mujer. Los manuscritos del proyecto autobiográfico, así como tarjetas postales, libros, ropa y artículos de aseo de la heroína de la exposición son de particular interés.